24.5.11

Un ramito de violetas

Era feliz en su matrimonio, aunque su marido era el mismo demonio. Tenía el hombre un poco de mal genio y ella se quejaba de que nunca fue tierno. Desde hace ya más de tres años recibe cartas de un extraño. Cartas llenas de poesía que le han devuelto la alegría. Quien la escribía versos dime niña quien era. Quien la mandaba flores por primavera . Quien cada nueve de noviembre, como siempre sin tarjeta, la mandaba un ramito de violetas. A veces sueña y se imagina cómo será aquel que tanto la estima. Sería un hombre más bien de pelo cano, sonrisa abierta y ternura en las manos, no sabe quien sufre en silencio, quien puede ser su amor secreto. Y vive así de día en día con la ilusión de ser querida. Quien la escribía versos dime niña quien era. Quien la mandaba flores por primavera. Quien cada nueve de noviembre, como siempre sin tarjeta, la mandaba un ramito de violetas. Y cada tarde al volver su esposo, cansado del trabajo la mira de reojo. No dice nada porque lo sabe todo. Sabe que es feliz, así de cualquier modo. Porque él es quién le escribe versos. Él, su amante, su amor secreto. Y ella que no sabe nada, mira a su marido y luego calla. Quien la escribía versos dime niña quien era. Quien la mandaba flores por primavera. Quien cada nueve de noviembre, como siempre sin tarjeta, la mandaba un ramito de violetas. 

Cecilia – Un ramito de violetas ( tb versió Manzanita)



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