Los ojos son ventanas, portales lagrimales de un vagar terne.
Guiños tiernos de animal herido, lotos frescos en parpados abiertos. Todos
somos hijos del vaivén. Cazador cazado, cálido gemido. Heraldos dormidos de un trémulo roce, barrera
en el sonido, pájaro sin norte. La risa
es el torrente que cuando cae alto reverbera el alma. Cola de cometa en risa
que arrebola, que eterno te dispersa por instantes. Todos somos hijos del vaivén.
Cazador cazado, cálido gemido. Ventanas abiertas al relente de la noche,
centros de universos, muñecos de resortes. Si es que sincero he de ser y me escucháis,
os contare que hoy me siento un poco solo. Solo un poco. Si he de ser sincero,
hoy me siento un poco solo. Solo un poco. Y hay tantos hoy en un
instante... Un pasado roto no es nada.
Al final te das cuenta de que nunca estuvo entero del todo. Tu sabes de los
vaivenes del ánimo, de lo deprisa que pasan los años, del reptar de las
obligaciones, de lo poco que duran los momentos brillantes. Todos somos hijos
del vaivén. Cazador cazado. Cálido gemido. Si es que sincero he de ser te
contare que hoy me siento un poco solo. Solo un poco. Si he de ser sincero. Tu
sabes que los días apenas nos dan para un vivir apresurado. Tu sabes que
tuvimos alas, que el presente ya es pasado, que se puede acampar al pie de las
montañas y hacer un fuego blanco junto a un lago.
Manolo García - Para que no se duerman mis sentidos
(lletra: música.com)
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