Enjuágate la tez en el caldo de los tallos, cuando encharque las biznagas te darás conmigo, entonces ahogaras con las crines de un caballo sin alforja, sin monturas, sin dudar tu ombligo. No volverás a ver a la hiedra desflorando cada muro moteado de soledad, si los días pintan bastos, desabrochan las navajas y el botón que se quedara sellado guardara tanto puño blanquecino que no quiso ser cuneta ni elixir que babeen los poetas al mentir. Al dormitar de ayer tira los peines dañinos, la mañana nunca supo de aguantar ronquidos. Yo no sabré que hacer cuando escuche resoplidos de jinetes que tuvieron que remar. Quien te enseñara a dormir cuando no este aquí, cuando se revelen las almohadas contra ti, quien bailara con la desazón dándole calor, sucios los jarrones nos recuerdan a la arena que existió en este hogar, que nos dejo, salen los remiendos, dársenas de estiércol, charcos del roció en el hastío que baña la luz. Quien echará a perder las cebras que se pegaron al felpudo ensordecido de tapar el ruido de su patalear, de su búsqueda de resguardo bajo el techo que fue nuestro respirar. Quien te enseñara a dormir cuando no este aquí, cuando se revelen las almohadas contra ti, quien bailara con la desazón dándole calor, sucios los jarrones nos recuerdan a la arena que existió en este hogar, que nos dejo, salen los remiendos, dársenas de estiércol, charcos del roció en el hastío que baña la luz.
Kutxi Romero & Ja Ta Ja – Raigambre
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