Entre la tormenta y el aguacero, entre nubes bajas y
recuerdos, de repente vi a alguien sin miedo. Pude ver algo brillante y entero,
un punto de luz con un paraguas pequeño, que decía: "ven, si quieres, yo
quiero". Mirando las piezas quietas en el tablero, incapaz de descifrar de
qué iba el juego, entre mis lamentos y algún trueno de repente me colé por un
agujero, vi un poco de sol y a alguien desde el suelo que decía: "ven, si
quieres, yo quiero". Si quieres, yo quiero, justo aquí te espero. Entre
alas rotas y muebles nuevos, tras inviernos llenos de secretos, mientras me
cegaba el humo de aquel incendio, descubrí que algo brillante y entero venía
hacia mí y me tocaba el pelo, y decía: "ven, si quieres, yo quiero".
Amigos
imaginarios - Museo de Reproducciones
(lletra: micanciondehoy.com)
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