26.6.14

Sunday Mornin’ Comin’ Down


Well, I woke up Sunday morning With no way to hold my head that didn’t hurt. And the beer I had for breakfast wasn’t bad, So I had one more for dessert. Then I fumbled in my closet through my clothes And found my cleanest dirty shirt. Then I washed my face and combed my hair And stumbled down the stairs to meet the day.  I’d smoked my mind the night before With cigarettes and songs I’d been picking. But I lit my first and watched a small kid Playing with a can that he was kicking. Then I walked across the street And caught the Sunday smell of someone’s frying chicken. And Lord, it took me back to something that I’d lost Somewhere, somehow along the way. On a Sunday morning sidewalk, I’m wishing, Lord, that I was stoned. ‘Cause there’s something in a Sunday That makes a body feel alone. And there’s nothing short a’ dying That’s half as lonesome as the sound Of the sleeping city sidewalk And Sunday morning coming down. In the park I saw a daddy With a laughing little girl that he was swinging. And I stopped beside a Sunday school And listened to the songs they were singing. Then I headed down the street, And somewhere far away a lonely bell was ringing, And it echoed through the canyon Like the disappearing dreams of yesterday. On a Sunday morning sidewalk, I’m wishing, Lord, that I was stoned. ‘Cause there’s something in a Sunday That makes a body feel alone. And there’s nothing short a’ dying That’s half as lonesome as the sound Of the sleeping city sidewalk And Sunday morning coming down.

  The Johnny Cash & Kris Kristofferson

(Pues me levanté un domingo por la mañana sin encontrar la manera de apaciguar mi cabeza. Y la cerveza del desayuno no estuvo mal, así que me tomé otra de postre. Después, escarbé en mi armario, en busca de ropa, y  encontré mi camiseta menos sucia. Después me lavé la cara y me peiné Y me trastabillé por las escaleras, hacia la luz del día. Me había puesto hasta el culo la noche anterior con cigarros y canciones que había estado recolectando. Pero me encendí el primero y vi a un niño jugando con una lata a la que daba patadas. Después, seguí caminando y de alguna casa me vino el típico olor del arroz de domingo. Y Señor, esto me recordó a algo que, de alguna forma, había perdido a lo largo del camino, en algún lugar. En un paseo mañanero de domingo, Ojalá, Señor, aún estuviese ciego. Porque hay algo en los domingos que le hace a uno sentirse solo. Y no hay nada más desalentador y deprimente, que sea tan desolador como la soledad de tus pasos cuando caminas por una ciudad dormida, en un atardecer de domingo.  En el parque vi como un padre columpiaba a su hija, que se reía. Y me paré al lado de una catequesis, a escuchar las canciones que estaban cantando. Después, bajé la calle, mientras desde algún lugar lejano sonaba una campana, cuyo sonido se desvaneció a través de la calle como los sueños borrosos de anoche  En un paseo mañanero de domingo, Ojalá, Señor, aún estuviese ciego. Porque hay algo en los domingos que le hace a uno sentirse solo. Y no hay nada más desalentador y deprimente, que sea tan desolador como el sonido de tus pasos cuando caminas por una ciudad dormida, en un atardecer del domingo. )

(lletra: rockandwords.wordpress.com)

No hay comentarios:

Publicar un comentario