No sé si preguntar. Probablemente sea mejor marcharme y no
pensar, hasta esperar el día en que termine de temblar, y los termómetros
revienten y la soledad quede conmigo cuando a mí me apetezca quedar. No habrá
septiembre, ni dolor, ni fuego que apagar. Sólo miradas que alimenten como lo
hace el pan. Dentro de un cuento, me reinvento y vuelvo a comenzar, pero no sales tú. No sales tú.
Presiento la señal, puede estar lejos pero sé que un día ha de llegar. Siento
el reflejo en el espejo y miro para atrás. Me quejo y me hago viejo en este
instante que se va. Todos los trenes que perdí ya no pasaron más. Nada de lo
que sucedió fue por casualidad. La lluvia todo lo apagó, no me llegó a mojar.
Tuve tu techo y en el pecho, cosas que contar, donde no sales tú, tú. No sales
tú. Me cuesta respirar, partir de cero no es igual que volver a empezar. Salir
primero no es sinónimo de terminar. De cualquier modo nunca fui tus ganas de
ganar, y hablo de todo lo que no supe decir jamás. Si de algo puedo presumir es
de saber llorar. De desnudarme en las canciones que no escucharás, y no teñir
mi vida de un color superficial. No había nadie al rededor, todo era falta de
valor y flores secas en macetas raras que nunca bajaba y noches sin control,
sudor y reconciliación y cuentos sin final donde no sales tú. No sales tú. No
hay calor, hay falta de valor. No hay calor, hay falta de valor. No hay calor,
hay falta de valor. No hay calor, hay falta de valor. Tu fiebre no se va, no se
va, no se va.
Jorge Marazu - La
colección de relojes
(lletra:
micanciondehoy.com)
No hay comentarios:
Publicar un comentario