Yo la sentaba en mi regazo. Enloquecia solo a su contacto. La he conservado en la memoria, tal como estaba, siempre a mi lado. Nunca me juro su amor. Lo creía eterno yo. Y ella me sonreria y miraba hacia el mar. Me emborrachaba entre sus brazos, ella nunca bebía ni la via llorando. Yo hubiera muerto por su risa. Hubiera sido su felíz esclavo. Que dolor sucio y tridor me envenena el corazón se que ella nunca enloqueció y jamás perdió el control. Quiero verla bailar entre los muertos, la cintura morena que me volvió loco llevo un velo de sangre en la mirada y un deseo en el alma que jamás lo encuentre. Solo quiero que una vez, algo le haga conmover que no la encuentre jamás o se que la mataré. Por favor sólo quiero matarla a punta de navaja besándola una vez más......
Loquillo y los Trogloditas – Mis problemas con las mujeres
No hay comentarios:
Publicar un comentario